Homenaje a los pastores

Aunque el oficio de pastor cuenta con una antigüedad de más de 10.000 años, todavía pervive sin apenas evolución desde sus orígenes. Pero la estabulación, la cría de animales domésticos con piensos artificiales y la falta de atractivos y una escasa remuneración, hacen que cada vez sean menos quienes son llamados a ejercer este tradicional oficio.

Antiguamente en nuestro pueblo, era normal que casi todas las familias tuviesen su propio rebaño de ovejas. También había alguna cabra y alguna vaca, pero lo más normal eran las ovejas. Están se guardaban en las parideras que cada familia tenía y que estaban repartidas por todo el término municipal.

Muchos de nuestros mayores y antepasados, narran lo dura que es la vida del pastor... y es que estar todo el día a la intemperie, sólo y yendo de acá para allá con la ovejas... tenía y tiene que ser bastante duro. Sobre todo cuando caían nevazos y para que pudieran volver al pueblo, se tocaban las campanas para poder guiarlos... de hecho, alguna vez más de uno estuvó a punto de perderse o de caer por algún precipicio.

El momento más curioso, era cuando esquilaban las ovejas y quedaban todas rapadas... muy graciosas y muy pequeñas las pobres sin su lana. Con esa lana, además de venderla, se hacían los colchones y las almohadas típicas del pueblo... donde te hundías y ya no te movías! Y las que era necesario lavar de vez en cuando para que no olieran ni se pudrieran.

Todo un pasado que no debemos ni queremos olvidar... sobre todo, porque aunque hoy cuentan con más comodidades de ropas y de instrumentos para no perderse, aún sigue habiendo pastores por los campos de España y por los de nuestro pueblo... Mucha suerte!