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sábado, 23 de mayo de 2009

El Museo visto desde fuera...

Una vez más, nuestro buen amigo Martín nos deleita con uno de sus escritos... El sábado pasado acudió a ver la Inaguración del Museo desde Renales, y estas son sus impresiones... Mil gracias por tu colaboración y tu amistad!!!

Ahora que Europa vuelve a nuestra vidas con las elecciones, es un momento idóneo para recordar de dónde salió la idea de unir a los pueblos de nuestro continente. Hubo un motivo económico y un intento de no repetir la I y II Guerras Mundiales, pero lo que después ha sostenido y desarrollado la UE ha sido la voluntad de los ciudadanos de asociarse y promover cambios.

Nuestros vecinos del norte, después del fin de la II Guerra Mundial, desarrollaron sus democracias activamente, mediante asociaciones libres de ciudadanos que defendieron sus pueblos, sus ideas, o sus propuestas de cambio.

Aquí en España, lastrados cultural y mentalmente por una Dictadura que prohibía la posibilidad de asociarse, tardamos algo más. Y aún vamos con retraso, no ya por el pasado, sino por nuestro individualismo.

Hay excepciones que nada tienen que envidiar a franceses o alemanes, como Luzón. Que si hoy disfruta de un Museo Etnográfico es gracias al trabajo durante al menos 25 años, si no más, de sus vecinos. De una voluntad muy clara de sostener, recuperar y promover su pueblo.

El recorrido por su interior manda desplazarse de la entrada a la izquierda, accediendo a la parte dedicada a Carnavales. Es imposible enclaustrar en un museo la sensación de fuerza y espectáculo de los Diablos en las calles de Luzón, pero la sala ilustra a la perfección su atuendo, el de las mascaritas, y el de botargas de otros pueblos que coinciden en tradición con los luzoneros.

Más allá de esta sala uno puede por fin recrearse en el propio edificio, las Escuelas, magnífico ejemplo de la arquitectura neogótica del XIX, en una versión rural. Adecuado además a una sala de exposiciones que dice mucho de la relación con el arte y la cultura de los luzoneros, como demuestran los magníficos Hitos del Rodenal, arte moderno en estado puro, y en mitad del monte.

El patio interior del edificio es delicioso. Fue lugar de recreo de escolares, pero ahora tiene ese aire de recogimiento propio de los claustros españoles, que a mi llevó, vaya usted a saber porqué, a acordarme del ciprés de Silos.

De aquí pasamos a la Escuela, en realidad función original del edificio. Magnífico ejemplo de tiempo detenido, los retratos de la Dictadura, el sitio del maestro, los pupitres de madera con sus tinteros, el ábaco, los libros... Falta, para mi gusto, el estrado del profesor, pero eso queda para puristas como yo. Realmente se tiene la sensación de haber retrocedido al momento en que por fin los gobiernos españoles, en el XIX, comenzaron a hacer la educación escolar algo obligatorio y universal.

Y por último, la sala de la historia de Luzón. A mi modo de ver, escasa. Tiene magníficos ejemplares de objetos arqueológicos, y un inteligente desarrollo temporal muy didáctico. Pero habría mucho más que contar de un pueblo que nació con los Celtíberos, que pisó el Cid, reconquistó Marinque de Lara... Sin duda aquí me puede mi pasión de historiador.

Pero más allá de percepciones personales, el Museo es magnífico, y se convierte en un punto turístico imprescindible para quienes quieran conocer la región de Molina o el Camino del Cid.

Todos los pueblos de Guadalajara deberíamos tomar ejemplo de los luzoneros, defendiendo, promoviendo y expandiendo nuestra cultura. Comprendiendo, en primer lugar que en cada uno de nuestros lugares hay un tesoro de cultura autóctona, tradiciones y costumbres que son un patrimonio fundamental para España, para Europa, y para nosotros mismos. Y que ahora que nuestros pueblos están vacíos de habitantes, nos compete a nosotros, herederos de ese acerbo, decidir si queremos conservar la herencia que nos legaron los antepasados, para que algún día la disfruten también nuestros hijos.

En Luzón ya se han dado la respuesta. Luzón pervivirá, sin duda. Un verdadero ejemplo de la Europa de los pueblos, del sentir que dio origen a la civilización que los europeos llevaron a los últimos rincones del planeta. Qué quieren que les diga. Me dan envidia.
Martín Sacristán

1 comentarios:

Rubén. dijo...

¡¡Martín muchas gracias por tu publicación!!, como siempre has estado brillante.
No tienes nada que envidiar porque sabes que dentro de poco Renales también será, si no lo es ya, otro referente de la provincia. Estoy totalmente convencido.
Un abrazo muy fuerte Martín.
Seguimos teniendo la deuda pendiente.

Luzón, vista de pájaro

Luzón, vista de pájaro
 
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