Acerca de... Renales, un rincón lleno de rincones

Hoy hacemos parada especial en Renales, un pueblo que los bloggeros estamos deseando conocer de la mano de nuestro nuevo y buen amigo Martín, mil gracias por tu ayuda siempre! Hoy Martín nos ofrece a todos un paseo por su pueblo y por su historia... a disfrutarlo!

"Renales es hoy un puzzle de tiempos superpuestos, que se tiende al sol en un valle que habitaron ya los hombres del Neolítico. Sus piedras han visto pasar a muchas culturas: los romanos, que cultivaron sus tierras, los visigodos, primeros fundadores del núcleo urbano, los hispanomusulmanes, y los cristianos que en la Edad Media llegaron de Burgos a repoblarlo. De ser un pequeño núcleo, uno más entre los cientos fundados en la provincia entre los siglos XI y XII, creció en extensión a raíz de las epidemias de peste del s. XIV. Por entonces añadió a su término municipal los pueblos de Villacabras y Pozuel, doblando su extensión. Desde el siglo XVI hasta 1960, vivieron en Renales una media de 300 personas, repartidas entre 80 y 90 casas. En 1969 se agregó al municipio de Torremocha del Campo, una decisión que todavía nos pesa. Perdida la independencia, sus vecinos han sabido luchar por mantener su identidad, sus tradiciones y el buen estado de su pueblo. El visitante dirá si lo han conseguido.

Para visitar el núcleo urbano, merece la pena comenzar por el Barrio Bajero, la zona construida alrededor del frontón, recientemente arreglado, orgullo de los ancianos que en su día jugaron pelota mano en éste que llamaban Juego de Pelota, y de los jóvenes, pues nuestro Dani ha llegado muchas veces a la final de la competición nacional de frontenis.

Desde allí veremos la iglesia. El templo que vemos ahora es la ampliación barroca del s. XVIII. El pórtico, restaurado hace pocos años -con no poco esfuerzo- es de estilo renacentista. Asomándose al mismo, pueden verse los restos de la iglesia románica original, y la pila bautismal del s. XIII. Merece la pena además pedir que nos la enseñen por dentro.

Desde la iglesia tomaremos la Calle Mayor en dirección al barrio de La Picota, donde estuvo la columna que fue enseña de la villa, hoy desaparecida. En las paredes de las casas podremos ver los lemas dejados por los antiguos rabotes: "No te pongas a juzgar lo que no puedas jurar", entre otras.

La calle mayor termina en la Fuente Chica, cuya agua de manantial merece probarse, pues mana fría y es muy saludable. Desde allí podemos ver en lo alto de un cerro las ruinas de la Ermita de la Soledad, que hoy es símbolo de la Asociación Cultural. Fue construida por los pocos habitantes de Renales que sobrevivieron a la peste, y dedicada a San Roque, puesto que se decía que este santo curaba la enfermedad.

De la Fuente Chica hay que tomar el camino de La Plaza, donde se celebran las fiestas patronales a mediados de julio. Allí encontraremos otra inscripción: "Viva la honra y la muerte viva".

Seguiremos hacia el Parque, otro orgullo rabote, pues fue construido sin ayuda a pico y pala por jóvenes, mayores y niños de Renales en la década de 1.980.

Cerca veremos la Fuente de los Caños. Ojo, su chorro natural no es potable, y los caños llevan agua de la red pública, por lo que sí pueden beberse. Al lado, el moderno lavadero que sustituyó al antiguo, los huertos, y en lo alto de un cerro, la Ermita del Carmen, la auténtica enseña de Renales.

Esta ermita fue originalmente un templo visigodo, que seguía en pie cuando llegaron los colonos en el s. XII. Allí colocaron la imagen de la Virgen del Cerrillo, para que protegiera el pueblo que crecía a su sombra. En 1599 la Cofradía del Carmen se hizo cargo del templo, ya en ruinas, lo amplió, construyó el actual, y cambió la advocación de la virgen del Cerrillo por Virgen del Carmen. Continúa siendo hoy la patrona de Renales, y la fiesta se celebra el fin de semana más cercano al día del Carmen, 16 de julio.

Si se tiene tiempo, merece la pena conocer algunos de sus alrededores.

Tomando la carretera que sale del pueblo en dirección a la A2, nos desviaremos en el primer camino a la derecha. En esos campos labradas encontraremos una extensa colección de fósiles del Jurásico, que en geología se denominan "el Grupo Renales".

El cañón del río Tajuña tiene un impresionante paisaje, cuya excursión puede iniciarse saliendo del pueblo por La Fuente Chica, camino de Carramolino. Iremos sin desviarnos por el camino, y terminaremos en la antigua piscifactoria conocida como el Truchero. Desde allí merece la pena dejar el coche y ascender el río por sus márgenes.

El discípulo de Goya y excelente dibujante Luis Gil Ranz nació en Renales, y fue enviado a educarse con su tío, famoso librero madrileño. Por los dibujos de él conservados, sabemos que fue un excelente retratista. Acompañó a Goya en su viaje a Zaragoza después del sitio al que la había sometido los invasores franceses. Sordo ya, su discípulo le servía de intérprete, y le guió por los pequeños pueblos, alejándolo de la hoy Nacional II. Algunos autores afirman que ambos pernoctaron en Renales en su camino de vuelta a Madrid."

Martín Sacristán

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