Este es el sentimiento que nos dejó la Asamblea de la Asociación del pasado 22 de Agosto, a muchos de los presentes.
Ya me gustaría poder escribir sobre la educación, el respeto y el buen entendimiento, pero estos términos no aparecieron durante más de tres horas de reunión.
Parece ser, que después de 30 años de movimiento asociativo, todavía no hemos aprendido a respetar el turno de palabra, a discrepar sin insultar, a hablar sin gritar y sobre todo, a escuchar.
Es fácil que existan multitud de opiniones, dado que nos juntamos más de cien personas, pero por lo que se demuestra, no es tan fácil respetar las contrarias a las nuestras.
Algunos de los socios pedían respeto y educación en muchas de sus intervenciones, buscaban un poco de sentido común, pero no se estaba por la labor, por ello, la Asamblea transcurrió entre gritos, insultos, faltas de respeto y graves acusaciones, solo puedo calificarlo de espectáculo bochornoso.
Se nos olvidó lo qué es una Asociación, se nos olvidó que tenemos un camino común que no deberíamos abandonar, se nos olvidó que independientemente del cargo que ocupemos somos personas y se nos olvidaron todas esas personas que han luchado durante gran parte de su vida para que nuestra Asociación sea una de las mejores de la comarca.
La memoria es frágil, como lo somos nosotros cuando nos dejamos llevar por la ira, el enfado y el mal gusto.
La memoria es frágil y ya no recordamos que somos una Asociación de amigos, como su nombre indica, de Amigos de Luzón, que nuestro objetivo ha de ser buscar lo mejor para nuestro pueblo y sus gentes.
Nos hemos aferrado a ir en contra, al no por sistema, a que prime lo personal sobre lo común, a exigir sin dar, a atacar en lugar de conversar y a intentar imponer en lugar de respetar.
Triste espectáculo el del sábado pasado, tristes días nos esperan si no somos capaces de reflexionar, de buscar esa parte de nuestro corazón donde todos guardamos nuestro pueblo. Tristes miradas, las de nuestros mayores que lucharon mucho, para tener todo lo que hoy nosotros no sabemos valorar, mimar y cuidar.
Ojalá esto no se repita, ojalá seamos capaces de caminar juntos, de encontrar el entendimiento y apostar por un respeto que brilla por su ausencia, ojalá nuestra conciencia nos de un toque de atención y cambiemos de actitud, ojalá usemos nuestra frágil memoria para olvidar tanto insulto, daño y reproche, ojalá seamos capaces de volver a ser una ASOCIACIÓN, una asociación de AMIGOS DE LUZÓN.
Vane Lobo
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