Al finales de la primavera, principios del verano más en nuestro pueblo, sobre los meses de junio y julio, comienza el tiempo de la siega, dependiendo un poco del tiempo que haga.
La siega de cereales se hacía por medio de cuadrillas de segadores, que utilizaban la hoz y la fuerza de sus brazos para esta agotadora labor bajo el sol del verano. En nuestro pueblo, cada familia segaba lo suyo, si bien muchas veces se ayudaban entre ellos o contaban con jornaleros que contrataban para ello.
El segador se coloca al extremo del campo y de cara a la mies; con la mano izquierda, que lleva protegida con una zoqueta de madera, o unos dentiles de cuero, para evitar cortes, va cogiendo los tallos que le quepan, lo que se llama un haz. Los haces de mies cortada quedan a la izquierda del segador.
Las gavillas una vez atadas con cuerdas, o con tallos del mismo cereal, se dejan bien ordenadas en el campo para que se sequen, siempre en función del clima y de la posible amenaza de lluvia, que puede pudrir la cosecha.
Una vez finalizada la siega y recogidas las gavillas aún podían quedar espigas en el campo, por lo que grupos de mujeres, llamadas espigadoras recorrían una y otra vez el campo recogiendo las que sirvieran, y dejando sólo las rotas e inservibles a los pájaros.
Los tallos cortados que quedan en el campo se denominan rastrojo, y pueden ser usados o bien para que coman las ovejas o como abono del campo una vez quemado. Y es que en el campo ni sobra, ni se tira nada. La guadaña que dispone de un filo mayor que la hoz y de un mango que facilita su uso no se emplea en la siega de cereales pero es muy útil para segar la hierba y forraje del ganado así como para limpiar los linderos de cañas y malas hierbas.
Quieres contarnos más cosillas sobre la siega? Animo, participa!
PD: Gracias Rubén por las fotos... sabes quiénes son?
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