Me resulta siempre complicado el enfrentarme al reto de la página en blanco cuando me decido a escribir alguna entrada para el blog.
Resulta increíble que me cueste tanto escribir de algo que amo con tanta fuerza como es el pueblo, sus tradiciones, sus historias, sus noticias. Yo creo que me invade el miedo de hacerlo mal o de dejarme algo que no quisiera en el tintero.
Hoy me dispongo a hacer un resumen de la charanga, que vivimos y disfrutamos este último domingo y un homenaje a todos los que por sexto año consecutivo han conseguido que el despertar del día grande de nuestra fiesta sea de nuevo inolvidable.
Acabó la música que amenizó la noche del sábado al domingo cerca de las seis de la mañana y pasamos a la discoteca con el fin de hacer algo de tiempo a la espera de las ocho de la mañana, hora prevista de la llegada de la charanga, y compartir a la vez los últimos momentos de las fiestas 2009 con los amigos. En estos momentos se mezclan muchos sentimientos casi diría que contradictorios en mi y me consta que en muchos de los que ya nos conocemos como “charanguistas”. Se junta el deseo de compartir de nuevo jolgorio, fiesta y cachondeo un año más, se junta el hecho de que para muchos esto será el punto y seguido a un verano lleno de vivencias y horas compartidas que ahora habrá que dejar tal vez con suerte para Octubre o tal vez hasta la Semana Santa del año que viene, si no es el verano que viene en el peor de los casos. Se junta el enorme orgullo que sabiendo como es nuestro pueblo de pequeño seamos capaces de pegarnos horas y horas despiertos con el único fin de divertirnos y divertir, de reírnos y hacer reír… en una palabra de hacer el amanecer del domingo de fiestas un día único en el calendario.
Según pasaban los minutos que nos acercaban a las ocho, se disparaban los nervios, las conversaciones y las confidencias de la indumentaria que cada uno íbamos a llevar en la charanga. A eso de las siete y media, retirada general para cambiarnos y disfrazarnos, tunearnos, hacer la “performance” o llámenlo como quieran… Personalmente confieso que este año no pude por más que reírme sin parar cuando me vi disfrazado frente al espejo… por un momento me invadió una ligera vergüenza que al momento se transformó en ganas de salir corriendo hacia la plaza para encontrarme con mis fieles compañeros de charanga, que para mi sorpresa y alegría año tras año van aumentando en número y en ganas de disfrutar, reír y pasarlo bien.
Al llegar a la plaza, comprobé que un año más no me decepcionaría la charanga, fuimos corriendo a casa de Socorro a por el desayuno (café, magdalenas y bizcochos). Si se me permite aquí haré un breve paréntesis para dedicar mi más cálido homenaje a todas aquellas personas que todos los años, sin descanso, y ya van seis, se desviven por darnos lo mejor de sus casas y lo mejor de ellas mismas, ya sea ofreciéndonos desayuno, recibiéndonos en sus hogares o acompañándonos durante toda la mañana festiva… no quisiera nombrar porque puedo caer en el olvido de alguien (si es así espero que se me perdone) pero aquí va un resumen de las que me vienen a la cabeza: la ya citada Socorro, Susana, Paquita, Isabel, Juanita, Pilar, Paulino, Javier, Paquita Morante… y muchos otros que siempre nos dan como decía lo mejor de ellos para que podamos mantener viva la costumbre de rondar y pedir para la subasta de la Virgen.
Comenzamos como ya es habitual por la casa del anteriormente citado Paulino, seguimos por el callejón de la Visi, hasta la casa de Humberto, calle San José, subimos hacia las Escuelas, hacia la estatua del Diablo, bajamos por la casa de Francisco… ¡¡muchas gracias de corazón a sus padres por la entrega que también nos demuestran año tras año!!, continuamos hacia la casa del Secretario, la casa de Leandro, la casa de Javier, la Fuente y para terminar como hacemos todos los años, enfilar la Calle Real para acabar en la plaza.
Aquí haré de nuevo otro paréntesis para alabar la profesionalidad de la charanga que nos ha acompañado este año… ¡¡gracias, gracias y un millón de gracias!!, por vuestra dedicación, vuestro cariño y vuestro buen hacer… Gracias por hacernos volver a reír y a cantar con las ya míticas canciones de la charanga, estilo “Soy una rumbera”, “Amarillo limón”, “Y dicen que Luzón…” Gracias porque en todo momento reímos y bailamos acompañados de vuestra música… en Luzón siempre tendréis un sitio…
No quiero extenderme más… espero que mi descripción, las fotos que ya han aparecido, las que parecerán en el blog, y algún video que otro que estamos pendientes de subir os hagan vivir aunque solo sea en parte el sentir de los que año a año disfrutamos y gozamos con la charanga de nuestro pueblo.
Ya acabo con una exclamación múltiple… ¡viva Luzón!, ¡viva la Virgen de la Peña!, ¡viva los luzoneros y sus visitantes! y ¡viva los charanguistas!.
Hasta dentro de muy pronto por Luzón.
Resulta increíble que me cueste tanto escribir de algo que amo con tanta fuerza como es el pueblo, sus tradiciones, sus historias, sus noticias. Yo creo que me invade el miedo de hacerlo mal o de dejarme algo que no quisiera en el tintero.
Hoy me dispongo a hacer un resumen de la charanga, que vivimos y disfrutamos este último domingo y un homenaje a todos los que por sexto año consecutivo han conseguido que el despertar del día grande de nuestra fiesta sea de nuevo inolvidable.
Acabó la música que amenizó la noche del sábado al domingo cerca de las seis de la mañana y pasamos a la discoteca con el fin de hacer algo de tiempo a la espera de las ocho de la mañana, hora prevista de la llegada de la charanga, y compartir a la vez los últimos momentos de las fiestas 2009 con los amigos. En estos momentos se mezclan muchos sentimientos casi diría que contradictorios en mi y me consta que en muchos de los que ya nos conocemos como “charanguistas”. Se junta el deseo de compartir de nuevo jolgorio, fiesta y cachondeo un año más, se junta el hecho de que para muchos esto será el punto y seguido a un verano lleno de vivencias y horas compartidas que ahora habrá que dejar tal vez con suerte para Octubre o tal vez hasta la Semana Santa del año que viene, si no es el verano que viene en el peor de los casos. Se junta el enorme orgullo que sabiendo como es nuestro pueblo de pequeño seamos capaces de pegarnos horas y horas despiertos con el único fin de divertirnos y divertir, de reírnos y hacer reír… en una palabra de hacer el amanecer del domingo de fiestas un día único en el calendario.
Según pasaban los minutos que nos acercaban a las ocho, se disparaban los nervios, las conversaciones y las confidencias de la indumentaria que cada uno íbamos a llevar en la charanga. A eso de las siete y media, retirada general para cambiarnos y disfrazarnos, tunearnos, hacer la “performance” o llámenlo como quieran… Personalmente confieso que este año no pude por más que reírme sin parar cuando me vi disfrazado frente al espejo… por un momento me invadió una ligera vergüenza que al momento se transformó en ganas de salir corriendo hacia la plaza para encontrarme con mis fieles compañeros de charanga, que para mi sorpresa y alegría año tras año van aumentando en número y en ganas de disfrutar, reír y pasarlo bien.
Al llegar a la plaza, comprobé que un año más no me decepcionaría la charanga, fuimos corriendo a casa de Socorro a por el desayuno (café, magdalenas y bizcochos). Si se me permite aquí haré un breve paréntesis para dedicar mi más cálido homenaje a todas aquellas personas que todos los años, sin descanso, y ya van seis, se desviven por darnos lo mejor de sus casas y lo mejor de ellas mismas, ya sea ofreciéndonos desayuno, recibiéndonos en sus hogares o acompañándonos durante toda la mañana festiva… no quisiera nombrar porque puedo caer en el olvido de alguien (si es así espero que se me perdone) pero aquí va un resumen de las que me vienen a la cabeza: la ya citada Socorro, Susana, Paquita, Isabel, Juanita, Pilar, Paulino, Javier, Paquita Morante… y muchos otros que siempre nos dan como decía lo mejor de ellos para que podamos mantener viva la costumbre de rondar y pedir para la subasta de la Virgen.
Comenzamos como ya es habitual por la casa del anteriormente citado Paulino, seguimos por el callejón de la Visi, hasta la casa de Humberto, calle San José, subimos hacia las Escuelas, hacia la estatua del Diablo, bajamos por la casa de Francisco… ¡¡muchas gracias de corazón a sus padres por la entrega que también nos demuestran año tras año!!, continuamos hacia la casa del Secretario, la casa de Leandro, la casa de Javier, la Fuente y para terminar como hacemos todos los años, enfilar la Calle Real para acabar en la plaza.
Aquí haré de nuevo otro paréntesis para alabar la profesionalidad de la charanga que nos ha acompañado este año… ¡¡gracias, gracias y un millón de gracias!!, por vuestra dedicación, vuestro cariño y vuestro buen hacer… Gracias por hacernos volver a reír y a cantar con las ya míticas canciones de la charanga, estilo “Soy una rumbera”, “Amarillo limón”, “Y dicen que Luzón…” Gracias porque en todo momento reímos y bailamos acompañados de vuestra música… en Luzón siempre tendréis un sitio…
No quiero extenderme más… espero que mi descripción, las fotos que ya han aparecido, las que parecerán en el blog, y algún video que otro que estamos pendientes de subir os hagan vivir aunque solo sea en parte el sentir de los que año a año disfrutamos y gozamos con la charanga de nuestro pueblo.
Ya acabo con una exclamación múltiple… ¡viva Luzón!, ¡viva la Virgen de la Peña!, ¡viva los luzoneros y sus visitantes! y ¡viva los charanguistas!.
Hasta dentro de muy pronto por Luzón.
Rubén
1 comentarios:
Menuda charanga mas divertida,daban ganas de estar ayi jejejeje.un saludo luzoneros.luci
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