La perdiz roja.

Con esta entrada queremos dar a conocer algo más, sobre todo, a los menos aficionados a la caza, las características y peculiaridades de una de las especies cinegética más valoradas por el cazador: la perdiz roja. Esta especie es por excelencia la especie de caza al salto, a menudo se practica en bonitos y dificiles cazaderos, que la perdiz sabe utilizar par escapar del cazador.

DESCRIPCIÓN

De una talla ligeramente mayor que la perdiz pardilla (largo total: 32 cm, con un peso de 350 a 600 gr.), la perdiz roja se distingue por los magníficos colores de su plumaje, idénticos en los dos sexos. El bajo cuello blanco, bordeado por un collar negro difuso que se prolonga hasta el pecho en manchas y rayas sombreadas, y remonta hasta el ojo, que está ribeteado de rojo. El pico y las patas son rojo coral. La cabeza es gris por encima. El dorso, entre pardo y rojizo, contrasta con el pecho gris ceniza. La distinción de sexos no es fácil, si bien observaremos que los machos tienen el espolón más largo y en las hembras en el caso de existir el espolón será mucho más corto. Observando las puntas de las remeras se puede determinar la edad del ave, si en el extremo del ala encontramos una mancha blanca estaremos ante una perdiz del año, mientras que si la perdiz no tiene mancha blanca y la punta del ala es mucho más redondeada hablaremos de una perdiz adulta.

HABITAT
La perdiz roja vive en la mitad sur de Francia, toda España, la mitad sur de Inglateraa, donde fué introducida en 1770, y el norte de los apeninos.

La distribución de la perdiz roja en los vastos cazaderos del pais es muy irregular, circunstancia cada vez más acentuada. De acuerdo con la Ley de Caza, en los terrenos denominados libres es muy escasa, y en las zonas vedadas o acotadas es posible encontrar grandes densidades, que pueden variar de un año a otro por las condiciones climatológicas de sequías, lluvias, frío, etc.

También influye en esta especie el empleo abusivo de insecticidas y herbicidas, que además de intoxicar al animal, le privan de los insectos, gusanos y larvas, que son la base de la alimentación de los polluelos, aportándoles un 70 u 80% de proteinas; al ir evolucionando a la fase adulta, serán sustituidos por gramíneas y vegetales. No menos nefasta ha sido la influencia de los macrocultivos, con la destrucción de las lindes, la motorización (tractores, cosechadoras...), el empleo de simientes tratadas químicamente y la quema de rastrojos.

Dividido el territorio español en tres grandes franjas horizontales, podemos decir, que la densidad de perdiz roja será menor en la zona norte, aumentando progresivamente hasta llegar al sur peninsular. En las provincias, del centro y sur peninsular, encontramos vastos territorios, llanos o con monte bajo que constituyen el habitat ideal para la reproducción de la perdiz.

COMPORTAMIENTO

De hábitos sedentarios -de aquí el dicho de que "la perdiz, donde nace muere"- prefiere terrenos claros, de bosque caducifolio o mixto y amplios llanos, rehusando las zonas de mucho bosque o de suelo con abundante maleza. Las laderas secas, pedregosas, con romeros, tomillos, boj, brezos, carrascas, jaras, son ideales para esta gallinácea.

REPRODUCCIÓN

Es clásico el refrán cinegético de: "Por San Antón, cada perdiz con su perdigón". Así pues a mediados de enero, fecha que puede variar sensiblemente según las condiciones climáticas los bandos de perdices se dispersan y los machos luchan enconadamente por la posesión de las hembras. La época de celo comienza primero por el sur peninsular, gracias a l influencia del clima y va progresando hasta el norte peninsular. Una vez cubierta la hembra, el macho buscará otras para poder proseguir sus instintos sexuales.

Una vez fecundada la hembra, buscará un lugar de suelo donde anidar (pequeñas depresiones, surcos, matorrales de romero o tomillo). El número de huevos oscilará entre docena y docena y media, el tamaño de los huevos en proporción a la hembra es bastante grande, son de color amarillo rojizo con punteado y manchas marrones. La cáscara es muy consistente para compensar la escasa protección del rudimentario nido.

Los huevos serán incubados exlusivamente por la hembra alrededor de 21 días. Los polluelos al nacer, corretean y buscan la comida bajo la tutela de la madre. Ésta en caso de peligro, les ayuda y conduce a cobijo para después buscar la atención del depredador alejándose en otra dirección o plantando cara valientemente, con el plumaje erizado y las alas extendidas, en una buena demostración de amor maternal. Pasado el peligro la madre vuelve con los polluelos. Éstos a las cuatro o cinco semanas, ya inician carreras y vuelos en un alarde de facultades.