Hoy encaminamos nuestros pasos a conocer un pueblo un poco más alejado de Luzón pero que se encuentra en lugar privilegiado, Zaorejas. Este municipio, es uno de los más importantes del Alto Tajo, siendo el mayor de los que se localizan en la parte sur del río. Desde su reconquista perteneció a la jurisdicción conquense, y sólo en el siglo XIX pasó a engrosar los territorios de la provincia de Guadalajara.
Vigilante desde su altura de la orilla izquierda del río Tajo, Zaorejas no puede narrar una historia especialmente sugerente, pues nada de importancia ocurrió durante siglos en su término. Nació quizás como una atalaya de gentes ibéricas, y sabemos que los romanos tuvieron asiento en su espacio. El cercano acueducto viene a significar que población de cierta importancia tendría para dedicar tantas horas y tantos dineros a hacer semejante obran. Tras la reconquista de la comarca a fines del siglo XII, puso el Rey Alfonso VIII, hacia 1177, año de la conquista de Cuenca, y en un espacio estrecho a la orilla izquierda del Tajo, canónigos regulares de San Agustín, a los que donó la heredad del Campillo, para que pusieran monasterio que afianzara la repoblación del país. No tuvo apenas vida esta fundación, y dependiente de la jurisdicción y Fuero de Cuenca permaneció Zaorejas durante muchos siglos, sin especial relieve histórico. La heredad del Campillo perteneció también largos años a los monjes cistercienses de Buenafuente.
Vigilante desde su altura de la orilla izquierda del río Tajo, Zaorejas no puede narrar una historia especialmente sugerente, pues nada de importancia ocurrió durante siglos en su término. Nació quizás como una atalaya de gentes ibéricas, y sabemos que los romanos tuvieron asiento en su espacio. El cercano acueducto viene a significar que población de cierta importancia tendría para dedicar tantas horas y tantos dineros a hacer semejante obran. Tras la reconquista de la comarca a fines del siglo XII, puso el Rey Alfonso VIII, hacia 1177, año de la conquista de Cuenca, y en un espacio estrecho a la orilla izquierda del Tajo, canónigos regulares de San Agustín, a los que donó la heredad del Campillo, para que pusieran monasterio que afianzara la repoblación del país. No tuvo apenas vida esta fundación, y dependiente de la jurisdicción y Fuero de Cuenca permaneció Zaorejas durante muchos siglos, sin especial relieve histórico. La heredad del Campillo perteneció también largos años a los monjes cistercienses de Buenafuente.
Destaca en Zaorejas la especial estructura del pueblo, de calles estrechas y muy recias casonas de sillarejo calizo en toda su altura, para abrigar los interiores del intenso frío exterior. Dos magníficas plazas posee Zaorejas, con ejemplos en ellas de edificios comunes (el Concejo) y particulares (algunas casonas) con escudos, rejas, llamadores, clavos, etc. Su aspecto es típicamente serrano. La iglesia parroquial es relativamente moderna y sin interés artístico.
El monumento más relevante de Zaorejas es sin duda el acueducto romano, al que allí llaman "el puente romano". Sería para salvar el barranco de Fuentelengua, y se encuentra a poco más de un kilómetro al sur del casco urbano de Zaorejas. Se compone de un alto muro de piedra careada a dos hojas y con relleno de hormigón de ripio trabado con mortero de cal. El alzado de este muro se divide en cuatro secciones de grosor decreciente según aumenta en altura. Teóricamente, la obra estaría coronada de una cornisa que daría paso lógicamente a un canal para la conducción del agua. Originalmente su altura era de 12 metros. Lo más impresionante de este acudecuto romano es el arco que salva el barranco, que tiene el aspecto de un auténtico "arco de triunfo" y que permitía a su vez el paso de una calzada romana por su Interior.
A cierta distancia de quien se aproxima al pueblo, se contemplan de lejos en ambos lados del horizonte, cortes aparatosos del terreno que delatan rincones paradisiacos. Zaorejas, con su Puente de San Pedro a cuatro pasos, con aquel insustituible vallejo que en el pueblo llaman de los Chomos, con su fuente de la Falaguera y tantos parajes más escondidos en su término, es todo él un maravilloso muestrario natural que sus vecinos conocen y del que se sienten sencillamente orgullosos.
Actualmente, Zaorejas forma parte del reciente Parque Natural del Alto Tajo, siendo de todos los pueblos que lo comprenden, el que más territorio abarca dentro del Parque. Esto supone el aumento de visitas de gente de todas partes, lo cual es bueno, para que el pueblo no caiga en el olvido, pero a su vez peligra la "virginidad" de estas tierras, por eso nos gustaría pedir a la gente que se anime a visitar esta zona, que no olvide que está en una zona de naturaleza salvaje, y que al igual que la admiramos, la tenemos que respetar y cuidar.
Esperamos que con esto, hayáis podido conocer un poco más este pueblo y el bonito entorno con el que cuenta. Para más información, visita la web del pueblo.
1 comentarios:
¡¡Gran entrada de un pueblo realmente bello y de buena gente!!.
¡¡Un abrazo fuerte Zaorejanos!!.
¡¡Nos vemos por Luzón!!.
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