Siguiendo con nuestro recorrido por los pueblos cercanos a Luzón, hoy hacemos parada en la Riba de Saelices. Pueblo con el que tristemente compartimos el funesto incendio del pinar, y al que a los jóvenes luzoneros les gusta ir de fiestas, y eso que la carretera no es demasiado buena que digamos...
El término del municipio agrupa tres localidades: Riba de Saelices, La Loma y Ribarredonda. Es en la Riba, y a la hora de cultivar, cuando su término se divide en dos grandes áreas como son la Vega de Abajo y la Vega de Arriba. Junto con el Pinar (la otra gran zona), los huertos y el pueblo forman las partes del término, con una superficie total de 66,7 km2.
La demarcación del territorio se asienta sobre un terreno variable compuesto entre otras por calizas y areniscas, en el cual fluyen una serie de arroyos (Lamadre, Valdeherreros, Hocino, San Román, Santa Ana, Badillo y el Arroyo del Pino) y el río Linares que atraviesa de Norte a Sur todo el término de la localidad. Se encuentra sobre una altitud media que supera los 1000 metros.
Estos aspectos hacen de Riba de Saelices una localidad que se encuentra rodeada de un marco incomparable con gran variedad en flora y fauna. Es por esto que la población del municipio, y la de la zona en general, tienen una calidad de vida superior a la media nacional, en cuanto a habitat, a pesar de contar con una serie de servicios limitados. Debido a ello, la zona ha estado habitada desde tiempo inmemorial hasta nuestros días.
Enclavada en la Sierra del Ducado, la localidad se encuentra rodeada de un entorno incomparable al que sus pobladores han sabido amoldarse y sacarle todo su aprovechamiento. Rodeadas por calizas y areniscas rojizas, se asientan parameras por las que fluyen pequeños arroyos. Buena parte del término está cubierta de pinares, sabinas, enebros, quejigos y encinas, otra se dedica al cultivo del cereal e incluso hay algunas pequeñas zonas de pastos, algunos matorrales espinosos y gran variedad de pequeñas plantas aromáticas, entre las que predominan el espliego, el tomillo y el romero.
El actual término de Riba de Saelices ha sido durante siglos lugar de asentamiento de numerosas culturas. Poblado ya en la Prehistoria, han dejado huella en el terreno numerosos pueblos, el celtibérico, el romano, el musulmán y por supuesto los cristianos que repoblaron estas tierras sobre los árabes y que dieron lugar al actual caserío. Tras la demarcación hecha por Alfonso VIII, en el siglo XII, se incluyó en el Común de Medinaceli pasando después al Ducado, dónde permaneció hasta el siglo XIX quedando finalmente en la actual provincia de Guadalajara.
Los últimos siglos del pasado milenio son unos siglos de prolíferas actuaciones. Traen cambios y modernidad, pero no hay que olvidar los conflictos que a lo largo de estas dos centurias se producen en el territorio y que, de una manera u otra, afectan a la localidad.
La llegada de la luz, el agua y las mejoras de las comunicaciones, sacan al pueblo de la Sierra del Ducado. En estos siglos la población crece de manera constante hasta llegar a ser el centro de la zona pero, al igual que los restantes pueblos, sufre los problemas del éxodo rural. Es el momento del florecimiento y desaparición de una importante fuente de ingresos para los vecinos: la industria resinera junto con la reestructuración de la agricultura y la ganadería, casi totalmente perdida en estos días de la.
Culturalmente, la localidad cobra relevancia, más allá del ámbito provincial, pues grandes estudiosos llegan con el fin de dar a conocer al mundo la milenaria Cueva de los Casares. Declarada Monumento Nacional en 1934, adquiere fama fuera de nuestras fronteras y saca al pueblo del olvido.
La Cueva de los Casares supone un auténtico santuario del arte rupestre español. Se han podido identificar grabados de unas 170 figuras antropomórificas y de diversos animales (caballos, toros, rinocerontes, ciervos, felinos, peces, ...). Tiene una antigüedad de entre 15.000 y 30.000 años, anterior incluso a las famosas pinturas de Altamira. La visita a la Cueva se realiza bajo previa cita con D. Emilio Moreno (tlf: 949 304 006). Los días de visita son de Miércoles a Domingo y existe un límite tanto para el número de visitas diarias realizadas como el tamaño de los grupos. Para más información, pincha aquí.
Además de la Cueva de los Casares, la Riba cuenta con otros restos arqueológicos destacados:
- Necrópolis celtibérica del Cerro de la Virgen: está situada en la ladera Este del "Cerro de la Virgen", se excavó en 1964, arrojando datos que la datan entre los siglos II y III.
- Yacimiento de Valdeherreros: Yacimiento romano del siglo III y declarado Bien de Interés Cultural en 1995. En el yacimiento se observan restos culturales que van desde el contacto celtíbero con el mundo romano hasta la época medieval. Muestra evidencias de ser un hábitat y un foco de entierro, centrado en sus primeras épocas. Su interés proviene de los materiales y estructuras existentes y el que puede ofrecer un tipo de asentamiento rural de contacto y aclimatación a lo largo de los siglos con el mismo modelo económico. Es la clara ocupación romana y su relación con el mundo colonizador romano, exportador de procesos políticos, sociales y económicos.
- El Poblado Musulmán de Los Casares: en la milenaria ladera de los Casares, se encuentra el yacimiento musulmán del mismo nombre, que forma conjunto con otros vestigios islámicos del lugar. En los últimos años se han venido realizando diversas actuaciones gracias a convenios firmados por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha y el INEM, con el único fin de hacer visitable el yacimiento al público general e introducirlo en el conjunto de excavaciones visitables de la provincia, tales como la de Herrería o Recópolis. Más información
- La Atalaya del poblado de los Casares: ascendiendo sobre la corriente del río Linares, a unos cuatro kilómetros del pueblo, se encuentra la Cueva de los Casares, monumento nacional, e importante representante del arte rupestre español y mundial, merecedora de una atenta visita. Sería similar a nuestra Torre de los Moros o la Torre de Anguita.
Además, la localidad de Riba de Saelices, cuenta con varias iglesias:
- La Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena, es de estilo románico, y puede destacarse, sobre el muro oeste, su espadaña, o, en el muro sur, su portada abocinada con cinco arquivoltas decrecientes que se apoyan en otras tantas columnas cuyos capiteles son de variada y ya desgastada decoración vegetal. En el arco exterior se ven, sobresalientes, puntas de diamante. La portada, hoy restaurada, se cobija bajo un cuerpo rematado en tejaroz a dos vertientes.
- La Ermita de la Soledad: ermita cercana a las Eras del pueblo.
- La Ermita de Nuestra Señora de Armallak, patrona del pueblo. A la entrada del pueblo, a mano derecha, contemplando el paisaje por encima de las pistas deportivas y la báscula, se encuentra la Ermita de la Virgen de Armallak. Junto a ella, se encuentra también el cementerio.
La Riba venera a Ntra. Señora la Virgen de Armallak desde tiempos inmemoriales. Su festividad se celebra el día 8 de Septiembre. Ese día se celebra una procesión que lleva la imagen de la patrona desde la iglesia del pueblo a su ermita, situada en un cerro enfrente del municipio. Además de esta festividad, hoy por hoy, la otra gran celebración religiosa se celebra a los cuarenta días del Domingo de Resurrección, hacia el mes de Mayo. A mediados del siglo XX, el día 25 de Marzo, todavía se celebraba la llamada Virgen de Marzo, en la que había una procesión. San Antonio, San Pedro o incluso San Roque, por el siglo XVIII también fueron antaño celebraciones. Hoy en día las más singulares y las más populares, son las celebradas en Septiembre y en Mayo.
Con este post esperamos haberos acercado a este bonito pueblo, como siempre cualquier comentario o aportación que nos puedan hacer las gentes de allí será bienvenido!
Enlaces de interés:
- Web muy útil e interesante sobre la Riba de Saelices
- Asociación Cultural "La Riba"
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