Luzón es un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara que se encuentra entre las poblaciones de Sigüenza y Molina de Aragón. Es el típico pueblo al que no vas al no ser que conozcas a alguien que sea de allí o al no ser que seas de allí, pero la verdad es que es tiene mucho encanto.
Se encuentra en un valle rodeado por montañas, hasta el 2005 era un lugar mucho más bonito rodeado por sus pinares, pero por el desgraciado incendio que asoló la zona ese verano, se perdió la mayor parte del pinar, y lo más importante, la vida de 11 personas que murieron tratando de apagarlo (uno era de descendiente de Luzón) y después en la tala de los árboles han muerto otras dos personas más, desde aquí nuestro más cariñoso recuerdo para esas 13 personas...
Un poco de historia:
El entorno de Luzón estuvo ocupado por gentes celtíberas desde varios siglos antes de Jesucristo. Se han encontrado abundantes restos de dicha civilización, sin estudios sistemáticos todavía (referentes a su historia). Su nombre indica una relación (lo mismo que el cercano pueblo de Luzaga) con el pueblo de los lusones que por estas frías tierras asentó. El poblado, con altibajos a lo largo de los siglos, quedó tras la reconquista de estas serranías, en el siglo XII, incluido en el alfoz o Común de Villa y Tierra de Medinaceli. Perteneció tras su formación a la casa de los La Cerda, condes de Medinaceli, y del cuarto conde don Juan de La Cerda, retirado a vida solitaria en su castillo de Torrecuadrada de los Valles, pasó a su sobrino don Luis, primer duque del título, en 1470, siguiendo en el ducado de Medinaceli hasta los comienzos del siglo XIX.
Patrimonio:
Asienta esta villa en la falda occidental de un cerrillo al que por saliente y norte rodea delicadamente el río Tajuña, todavía humilde arroyo, pues ha nacido no mucho más arriba, en término de Maranchón y luego baja ensanchándose hacia la vega de Anguita. Las laderas de este vallejo son escarpadas, rocosas, y en ellas se han encontrado importantes restos arqueológicos, como la ciudadela de La Cava, con altos muros muy fuertes que revelan la existencia, hace ahora más de 25 siglos, de un importante castro.
Tiene el pueblo dos partes bien delimitadas: una alta, la más antigua, de retorcidas callejas, y otra ancha, asentada en lo bajo, donde se abre la plaza Mayor (La Plaza), con su Ayuntamiento, su juego de pelota (frontón) y su iglesia parroquial, así como la sede la Asociación de Amigos de Luzón, un caserón de antigua estirpe local, y realizado en su totalidad por los mismos socios.
La iglesia parroquial llamada de San Pedro Apóstol, es obra sencilla del siglo XVI, de recia mampostería, con portada principal de traza renacentista, muy simple en la línea y ya maltratada por la acción del tiempo. Su interior es de nave única, con crucero y presbiterio, cubriéndose todo con bovedas de crucería. El templo sufrió importante reforma en 1761, alargando su nave.
En el muro del fondo asienta el altar mayor, barroco, sencillo, dorado y con estimables tallas, obra de Francisco del Castillo en 1747. En el crucero, dos altares del mismo estilo, con sendos cuadros interesantes: uno representa la aparición de la Virgen del Rosario a Santo Domingo, y el otro, magnífico de composición, colorido y técnica pictórica, es un gran óleo que representa a María Magdalena, sentada, a la que se le aparecen dos angelillos, copiando fielmente una composición de Guido Reni con la misma técnica y distribución. Hay también una bellísima talla de Cristo crucificado, y un escelente órgano en el coro a la espera de una reparación, obra también del siglo XVIII.
En lo más alto del pueblo, se ve todavía, ahora está en proceso de restauración por parte del Ayuntamiento con ayuda de diversas instituciones públicas, un hermoso edificio de severas líneas constituído por unas Escuelas y casa de maestros, y una elegantísima capilla, de estilo gótico moderno, en eclecticismo decimo-nónico realizada, con bella portada sobre la que luce calado y decorativo rosetón, contribuyendo a hacer más airoso el conjunto una esbelta torrecilla coronada por agudo capitel: todo ello fue proyectado y dirigido por el arquitecto Marañón, y fundado y mandado construir por un generoso hijo del pueblo, presbítero don Juan Bolaños Ayuso, en los finales del siglo XIX, para albergar a Padres Escolapios que allí se ocuparan de la educación de los niños y jóvenes de Luzón.
Además en lo alto del pueblo, se encuentra la Ermita de la Patrona del lugar, la Virgen de la Peña, que es una construcción sencilla si bien es donde más devoción se percibe ante los pies de la patrona y de las diversas imagenes que en el lugar se encuentran.
En el camino del Cementerio, a las afueras del pueblo, también podemos encontrar otra Ermita, está mucho más pequeña y donde sólo se alberga a San Roque. Antiguamente contaba con unos centenarios olmos dando sombra, pero debido a la enfermedad que azoto a esta especie, a pesar de las vacunas que se pusieron, nada se pudó hacer por salvarles y hubó que cortarles por constituir un peligro si se caían.
Como todo los pueblos, cuenta con su Fuente en este caso es de 9 caños y según cuenta la leyenda fue bendecida por San Vicente en su visita a la localidad quien dijó que nunca se secaría. Justó al lado de la fuente, está el Pilón o abrevadero para el ganado y enfrente el Chorrillo o lavadero que es donde antiguamente las mujeres lavaban la ropa y donde ahora en una de sus fachadas se ha colocado un mural de cerámica de un Diablo. Al lado también se halla el río Tajuña que según los luzoneros nace en este pueblo.
Poseyó el pueblo en sus cercanías una torre o fortaleza pequeña que aún hoy se conoce por la Torre de los moros, y que se alza frente al ya mencionado castro de La Cava, y que estaría en el mismo camino que se inicia en el Cementerio, que pasa por el paraje de la Fuente de la Canaleja y que finaliza en Anguita (pueblo vecino)
2 comentarios:
Puesto que las Filipinas fueron españolas me imagino que alguno de Luzón, Guadalajara, dio nombre a la isla filipina de Luzón, ¿verdad?
Buenas tardes, investigando la genealogía de mi esposa, ha salido una rama de Luzón, y me gustaría saber si se conserva el archivo parroquial para poder seguir la investigación, concretamente se trata se Alejandro Martínez, hijo de José Martínez y María García Cienruegos, y se casa en Aguilar de la Frontera (córdoba) en 1703
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