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miércoles, 10 de marzo de 2010

El conejo de monte.

Continuando con la labor de acercar a los menos expertos en estas lides, algunas características de las especies cinegéticas, hoy escribiremos sobre el conejo de monte o conejo silvestre.


DESCRIPCIÓN
Este alegre y pequeño "duende" de nuestra cmapiña, de cuerpo rechoncho, está recubierto por un pelaje gris pardo generalmente. Las orejas, inclinadas hacia adelante, muy móviles, no le llegan a la punta del hocico, y sus extremos son negros. Las patas traseras, muy desarrolladas, están adaptadas al salto. La cola es oscura por encima y blanca por debajo. El conejo pesa, según las distintas regiones, de 1,7 a 2 kg. y mide entre 35 y 45 cm.


HABITAT
Muy ecléctico, el conejo tiene una sorprendente capacidad de adaptación a los medios más diversos. Se le encuentra en bosque cerrado, en las orillas de florestas, pequeños bosques, ribazos, cuestas, taludes, en monte bajo o malezas y, en la rwegión mediterránea, en las zonas con dunas cercanas al mar. También parece buscar terrenos ligeros, areniscas, donde puede cavar mejor sus madrigueras y suelos secos y permeables. El conejo también necesita disponer de vegetación, matorral espeso, que le sirva como zona de refugio, al lado de cultivos y prados, donde busca su alimento.

Son frecuentes las grandes colonias en la proximidad de cursos fluviales, y puede vivir desde los 1200 o 1400 m de altura hasta el nivel del mar. El conejo silvestre no es un animal que necesariamente tenga que excavar y vivir en madrigueras, pero es el único lepórido que lo hace. Su densidad de población, muy variable según las regiones, puede oscilar de 10 a 200 individuos por 100 ha.

Herbívoro, el conejo varía su alimentación según las estaciones y los recursos que le ofrece el medio ambiente. En invierno por tanto se nutre de vegetación leñosa, así como de cortezas de árboles jovenes. Durante la primavera y el verano come preferentemente gramíneas silvestres y cultivadas, cereales, leguminosas, tomillo y brezo. En otoño varía su menú, adaptándolo a los frutos que pueda encontrar caídos en el suelo.

Los daños más importantes que produce el conejo corresponden a los cereales (34%), los viñedos (11%), planteles forestales (5%) y cultivos hortícolas (1%).

Este animal puede reingerir algunos excrementos, ricos en vitaminas, que activan, entre otras, bacterias intestinales específicas.

COMPORTAMIENTO
Gregario, el conejo vive en grupos sociales, regidos por una estricta jerarquía, que se encarga de preservar un macho y una hembra dominantes.

La célula social se basa en el grupo familiar, conformado por entre 2 y 8 individuos. El macho dominante asegura la permanencia en el territorio, particularmente en periodo de reproducción, delimitando entonces sus dominios con la ayuda de secrecciones glandulares odoríferas, orina y excrementos, tres o cuatro veces al día. Cualquier intruso es implacablemente perseguido, y se entablan espectaculares combates entre los adversarios, que se lanzan uno contra el otr, inflingiéndose, crueles mordiscos. Los mechones de pelo arrancados y esparcidos por los alrededores de las madrigueras, atestiguan la violencia de estas luchas.

Igualmente, la hembra dominante desempeña un papel esencial. Es ella la que aegura la cohesión del grupo familiar y la reproducción. Varios grupos familiares pueden ocupar una misma madriguera y compartir las mismas zonas de cultivo, formando una colonia.

Los ritmos de actividad del conejo guardan una estrecha relación con las condiciones meteorológicas y la graduación higrométrica. En periodos de lluvia abundante permanece escondido en su madriguera o bajo la cubierta protectora de una espesa maleza o arbusto. Al mojarse, cuando se alimenta al descubierto, espera a secarse antes de regresar a la madriguera.

Los principales periodos de actividad se sitúan a última hora de la tarde o al empezar el día. Igualmente come durante la noche.

El conejo es un verdadero barómetro. El hecho de verlos en un buen número a plena luz del día, significa, con toda seguirdad, la llegada de un cambio de tiempo o alguna perturbación.

Este lagomorfo es muy sedentario. Vinculado a su territorio, se aleja 300 o 400 metros como máximo, para alimentarse. Sólo los conejos jóvenes efectúan, a veces, desplazamientos a más larga distancia en busca de nuevos territorios. El conejo soltado a más de un kilómetro de su madriguera es incapaza de volverla a encontrar.

Muy miedoso, está alerta constantemente, en especial cuando busca su comida.

Observa atentamente a los que están de vigía en un rastrojo o sembrado. En cuanto perciben un peligro cualquiera se enderezan sobre sus patas posteriores. Si la amenaza se confirma, tamborilean con fuerza en el suelo, provocando una desbandada general.

El conejo es común en toda la Europa occidental, incluidas las islas Británicas.

REPRODUCCIÓN
La actividad sexual empieza en enero. Los primeros partos, que oscilan entre 4 y 6 por año, tienen lugar en febrero y puden prolongarse hasta septiembre. Es el macho dominante del grupo el que asegura, sin ayuda, la reproducción, después de unos simulacros de paradas que consisten en unas persecuciones seguidas. el conejo alcanza la madurez sexual a los 9 meses, pero apenas puede reproducirse antes del año. La hembra es madura a los 6 meses. Puede ser fecundada justo recien parida: es el fenómeno de la ovulación post partum. En tiempos de penuria o con exceso de población, un mecanismo de regulación interna, completamente extraordinario, interviene en la hembra. Los embriones fijados en la pared del útero, sufren una regresión, y son destruidos por unas enzimas específicas.

La gestación dura 30 días. Cada camada puede oscilar entre 3 y 5 crías, pero las conejas ya adultas y en tiempos de abundancia, pueden parir hasta 10, con tan favorables circunstancias.

Los gazapos, nacen en una madriguera especialmente preparada, llamada gazapera, que puede alcanzar un metro de longitud y que comprende un mullido lecho de hierbas secas y pelo que la coneja se arranca del vientre. Los pequeños, sin vista ni pelo, empiezan a abrir los ojos y revestir su primer pelaje a los 10 días. Empiezan a salir de la gazapera a las tres semanas, cuando ya pesan unos 200 g. aproximadamente, y son destetados al mes. Cada vez que la coneja sale, en busca de su alimento, procura tapar y disimular la boca de la gazapera.

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Luzón, vista de pájaro

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